Seguramente sabes que Haruki Murakami es el escritor japonés más conocido y leído en occidente. No solo es famoso por su obra literaria, también lo es por las versiones cinematográficas de sus relatos y por su gran pasión: correr. De ahí el título de este artículo, “una vida corriendo y relatos de cine”.
La popularidad de Murakami dentro y fuera de Japón es tan grande que hasta existe una guía turística de Tokio denominada “The Murakami pilgrimage” (La peregrinación Murakami).
Siguiendo las últimas tendencias en internet, decidí preguntarle al Chatbot (open AI) qué novela de Murakami me recomendaba leer. Esta fue su respuesta: “Norwegian Wood (Tokio Blues en español) es la novela más recomendada para quienes no hayan leído nunca nada de Murakami.”
Haruki Murakami (signature), CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons.
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Empezar a leer a Murakami
En el momento de su publicación (1987) Tokio Blues causó un impacto considerable en la juventud japonesa. Damien G. Walter, articulista del periódico The Guardian, razona ese impacto de esta manera:
“La perdurable popularidad de Norwegian Wood entre los lectores adolescentes y veinteañeros se basa en las ideas simples que transmite sobre la muerte, la pérdida y el dolor; elementos casi inexistentes en la cultura juvenil que domina los medios de comunicación.” |
Interesante perspectiva, ¿no crees? Tokio Blues a mí me produjo esa nostalgia asociada con los asuntos confusos del pasado. Asuntos sobre los cuales no has pensado durante mucho tiempo, y de pronto, te vuelven como un tsunami de emociones. Con suerte, en la madurez, ya encuentras la respuesta adecuada para todo eso que durante tanto tiempo permaneció sin resolver.
Con Tokio Blues aprendí a saborear algunas características esenciales del estilo de Haruki Murakami: introspección, nostalgia, musicalidad y sensualidad.
Otros aspectos sabrosos del estilo Murakami, como pueden ser: lo mítico, lo extraordinario o lo surrealista, los pude apreciar mejor en otras de sus novelas: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas; 1Q84.
Correr, el estilo Murakami
En 1982, con 33 años, Murakami decidió ponerse seriamente a correr. Llegado el año 2007, momento de la publicación de su libro De qué hablo cuando hablo de correr (走ることについて語るときに僕の語ること) su rutina de entrenamiento semanal suponía un recorrido de 6 millas (poco más de 9 kilómetros) seis días a la semana. En la actualidad, Murakami sigue corriendo y participando en maratones. No es de extrañar que en multitud de ocasiones el autor haya manifestado que, para él, “correr es como escribir y como vivir”.
En el capítulo “Uno” de De qué hablo… Murakami cuenta que él para escribir utiliza el mismo “truco” que para correr:
“(…) procuro conservar y aplazar hasta el día siguiente las buenas sensaciones que experimenta mi cuerpo al correr. Idéntico truco utilizo cuando escribo una novela larga: dejo de escribir en el preciso momento en que siento que podría seguir escribiendo. (…)” |
Al parecer, de esta manera Murakami evita el fenómeno conocido como “bloqueo del escritor” y puede mantener su increíble ritmo de producción literaria.
En otro de sus libros autobiográficos, Novelist as a vocation (職業としての小説家, 2015) Murakami confiesa que nunca había leído literatura japonesa moderna de manera sistemática antes de escribir y publicar su primera novela, Escucha la canción del viento (風の歌を聴け, 1979). Sin embargo, sí había estado bebiendo ávidamente de otras fuentes literarias: las traducciones de novelas rusas y los libros de bolsillo en inglés. Posiblemente todas esas lecturas han encontrado eco, de una u otra manera, en su estilo narrativo.
De hecho, Murakami también ha confesado que experimentó escribiendo el inicio de una novela en inglés. Un inglés, según él, no demasiado pulido. Este experimento, asegura, le “enseñó a expresar pensamientos y sentimientos con un número limitado de palabras” y de esa forma adquirió su propio ritmo en la composición. Un ritmo que se ha convertido en una de sus señas de identidad.
Literatura, cine, cómic: narrativa *transmedia
En los relatos y novelas de Murakami se han inspirado numerosas producciones cinematográficas, televisivas y teatrales. Desde Escucha la canción del viento, hasta Hombres sin mujeres, pasando por Tokio Blues, al menos catorce de sus obras se han trasladado al escenario, a la gran y pequeña pantalla y también han servido de inspiración para al menos un videojuego, Memoranda.
JW webmagazien destaca estos cinco títulos como las mejores adaptaciones de las obras de Murakami a la gran pantalla:
1. Drive my car (2021), film que se estrenó en el festival de Cannes, ganó galardón tras galardón y consiguió el Oscar a la mejor película extranjera de ese año. El director, Ryūsuke Hamaguchi, es uno de los grandes directores de cine japonés del momento. Si no la has visto te la recomiendo, como también te recomiendo la lectura de los relatos en los que está basada: “Drive my car”, “Sherezade” y “Kino”, los tres extraídos del libro Hombres sin mujeres.
2. Norwegian Wood, Tokio Blues, (2010). La película fue dirigida por el renombrado cineasta franco-vietnamita Tran Anh Hung. Se trata de la adaptación de la novela del mismo título, de la cual he hablado al inicio de este artículo. Obtuvo la nominación al León de oro en el festival de cine de Venecia (pero Somewhere de Sofía Coppola se llevó finalmente el premio).
3. Burning (2018) es la adaptación de “Quemar graneros”, Barn burning, un relato dentro de la colección El elefante desaparece. El director surcoreano Lee Chang Dong dirigió la película y recibió la aclamación tanto del público como de la crítica, además de números galardones.
4. Hanalei Bay (2018) es un drama que invita a reflexionar sobre la relación madre-hijo. Daishi Matsunaga dirigió esta adaptación del relato del mismo título, que está incluido en las colecciones Five Strange Tales from Tokyo (2005) y Sauce ciego, mujer dormida (2006).
5. Tony Takitani (2004) está basada en una historia, también titulada Tony Takitani, que gira en torno a la búsqueda de la propia identidad, la soledad, y el proceso de duelo. La película obtuvo algunos galardones en el festival de Locarno de ese año y cuenta con una hermosa banda sonora compuesta por el gran Ryuichi Sakamoto.
Además de estos cinco títulos existen otras películas, series y obras de teatro basadas o inspiradas en algún relato de Murakami.
Los relatos “Ataque a la panadería 1 y 2” (パン屋 襲撃 Pan-ya shūgeki) han experimentado varias adaptaciones a distintos medios, desde que en 1981 “Ataque a la panadería 1” fuera publicado, por primera vez, en la revista literaria Waseda Bungaku. Los profesores G.M. Hansen y M. Tsang han elaborado un inventario de todas las adaptaciones de estas historias, inclusive las varias reediciones que de ellas el propio Murakami fue realizando.
En 1982 Naoto Yamakawa dirigió la primera adaptación al cine de “Ataque a la panadería 1”. “Ataque a la panadería 2” vio la luz en 1985 y en 2010 Carlos Cuarón lo llevó a la gran pantalla (con Kirsten Dunst, Brian Geraghty y Lucas Akoskin en los principales papeles).
Y después del cine… ¿qué?
En 2012, Kat Menschick ilustró ambas historias que se publicaron como novela gráfica en Alemania. Más tarde, en 2017, los ilustradores JC Deveney y P.M. Grille-Liou convirtieron Ataque a la panadería 2 en un cómic.
Hansen y Tsang analizaron todas las adaptaciones (al menos las existentes hasta el año 2020) y también las reediciones salidas del puño y letra de Murakami. Tras su análisis, llegaron a la conclusión de que, si bien la trama original de las historias se mantiene similar en todos los trabajos, cada uno de ellos destaca aspectos diferentes (bien una implicación ideológica, bien una representación de género, etc.).
Además, los autores descubrieron que las diferentes adaptaciones agregan algo nuevo que está ausente en los relatos originales. Se producen de esta manera sucesivas reinterpretaciones, lo cual explica también la relectura que Murakami hace de sus propios relatos en sus consecutivas versiones.
* Narrativa transmedia: aquella que se transmite a través de múltiples tipos de medios, plataformas, canales y géneros.
Controversia
La crítica literaria aún está decidiendo si Murakami es uno de los grandes de la literatura japonesa, o no. Su obra ha sido calificada de mukokuseki (無国籍) que significa sin nacionalidad, en un tono peyorativo.
En 2008, cuando De qué hablo cuando hablo de correr salió a la venta en Estados Unidos, el New York Times publicó una devastadora crítica literaria sobre el libro. Geoff Dyer, el articulista que la escribió, le dedica las siguientes interesantes palabras:
“No todo es malo, por supuesto. Hay destellos de calidad, como cuando sus músculos se sienten “tan duros como el pan de hace una semana en una cafetería “. Pero la mayoría de las veces su prosa, a diferencia de esos músculos, es tan relajada que apenas puede sostenerse (incluso ante un escrutinio moderado).” |
Según el profesor Matthew Strecher, el carácter “global” de la obra de Murakami y su popularidad hacen que el autor, aunque sea considerado potencial candidato al premio Nobel de Literatura, sea también foco de malas críticas. De ahí la controversia.
Y es que Murakami ya había empezado con mal pie… En lo relativo a cómo iba a caer su obra. En su libro Novelist as a vocation (Novelista por vocación), cuenta que al poco de haber ganado un premio por su primera novela, Escucha la canción del viento, un antiguo compañero de estudios se pasó por su Jazz Café para regalarle el siguiente piropo:
“Si algo tan simple consigue el éxito, yo también puedo escribir una novela.”
Años después, en 1991, el crítico literario Masao Miyoshi definió la obra de Murakami como “producto desechable que atiende a las necesidades de producción, circulación y consumo…“ (Hansen &Tsang, 2020).
No es de extrañar que Murakami haya tomado distancia de la crítica literaria de su país. La clave para entender la actitud de Murakami ante las críticas, la encuentran Hansen y Tsang en el relato “El auge y caída de los pasteles Sharpie” (とんがり焼き の 盛衰Tongariyaki no seisui ). En esta historia, el protagonista desea que sus pasteles reciban la aprobación de los entendidos y conseguir el prestigioso premio final, después cambia de parecer: decide no hacer caso a las críticas y juzgar el valor de sus pasteles por sí mismo.
A mí, como consumidora de productos culturales con el sello Murakami, realmente no me importan las críticas. En general, las malas reseñas de los libros o películas que admiro me resultan casi inverosímiles.
En mi opinión, Murakami es un escritor disciplinado con una poderosa imaginación. Un incansable trabajador de la pluma, cuya dedicación ha producido los frutos de un estilo original, a veces sorprendente, que cuenta con miles de adeptos en todo el mundo. Murakami no se cansa de explorar nuevas posibilidades, y claro, cuando se experimenta se corren riesgos… Pero sus seguidores nos mantenemos siempre pendientes de cuándo va a salir a la venta su próxima novela.
Referencias
1. Gitte Marianne Hansen & Michael Tsang (2020), 40 years with Murakami Haruki, Japan Forum, 32:3, 311-315.
2. G.M. Hansen y M. Tsang (2020) “Politics in/of transmediality in Murakami Haruki’s bakery attack stories” Japan Forum, 32:3, 404-431, DOI: 10.1080/09555803.2019.1691632
3. Strecher, M. (2011), At the critical stage: a report on the state of Murakami Haruki studies. Literature Compass, 8:11, 856–869.>
4. Geoff Dyer (2008), Marathon Man. https://www.nytimes.com/2008/08/10/books/review/Dyer-t.html
5. Damien G Walter (2011), Winter reads: Norwegian Wood by Haruki Murakami. https://www.theguardian.com/books/2011/dec/06/winter-reads-norwegian-wood-haruki-murakami
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