Foto cortesía de Joan Pahisa
Hola a todos, soy Joan y después de mucho estudio y de mucho trabajo estos últimos años, decidí tomarme un año para mí, para vivir nuevas experiencias y para aprender japonés. En estos momentos, llevo algo más de dos meses y medio en Osaka. Vivo en un apartamento de poco menos de 20 metros cuadrados y ello ya de por sí es toda una experiencia. ¡Sobretodo cuando tengo visitas!
¿Cómo nació tu interés por Japón y el idioma japonés?
Desde pequeño que siempre me ha gustado Japón. A menudo leo manga y años atrás también veía anime, pero nunca he sido un gran fan en este sentido. Bueno, si pasan algún episodio de Bola de Drac por la tele, pues a veces acaba cayendo. Últimamente también Shin Chan y Detectiu Conan me servían para “practicar” japonés. Así que mi afición por Japón vino más por una mezcla de varios aspectos: la cultura japonesa, sobretodo el respeto hacia los demás, el idioma y la modernidad.
¿Cuáles fueron los principales motivos que te impulsaron a emprender esta aventura?
Como he anticipado, llevaba mucho tiempo trabajando, estudiando y metido en muchos proyectos y necesitaba más tiempo para mí. En un futuro me gustaría ser escritor, ya he publicado alguna cosilla, pero nada muy serio, así que decidí irme a Japón a vivir nuevas experiencias que me pudieran servir para futuros libros. De hecho, estoy escribiendo uno aquí que cuenta más detalladamente como uno puede sentirse a veces como un extraterrestre estando aquí en la Tierra. En fin, que para tener más tiempo, para vivir en primera persona el modo de hacer y el estilo de vida japonés, el vivir en una ciudad donde hay tiendas 24h en cada esquina, donde los supermercados cierran a la 1h, para aprender bien el idioma porque soy un apasionado de las lenguas y para vivir la mezcla de modernidad y tradición a la vez, lo dejé todo y me vine aquí por un tiempo. También aprendí a ir en silla de ruedas para venir, así que el nivel de motivación era muy alto 🙂
Foto cortesía de Joan Pahisa
¿Crees que es imprescindible aprender el idioma antes si quieres pasar una temporada larga en el país? ¿Cómo ha sido tu experiencia en este aspecto y qué barreras te has encontrado?
Sí, sin lugar a dudas. Yo estuve estudiando algo más de un año con anterioridad a venir y de hecho creo que me hubiera ido bien aprender un poco más. De todos modos, con un año de estudio ya te puedes mover bastante. Eso sí, al principio no esperes entender demasiado lo que te están diciendo y tampoco esperes poder comunicarte en inglés fuera de las atracciones turísticas (y a veces ni allí…). Los primeros días, en general me entendían, pero yo apenas entendía las respuestas. De todos modos, la gente es muy amable y siempre hacen un esfuerzo para comunicarse.
¿Cómo ha sido tu evolución con el aprendizaje del idioma desde que estás viviendo en Japón?, ¿Cómo es estudiar japonés en Japón?
Estudiar en una academia de japonés es intenso. El ritmo es alto y el volumen de deberes y de exámenes también. Voy a clase 4 horas al día, pero luego tengo que estudiar entre una hora y media y cuatro horas al día para hacer los deberes y para repasar kanji. Los kanji y el vocabulario nuevo es la parte que lleva más tiempo porque es estudio principalmente memorístico. La parte positiva es que se mejora rápido. Es como un curso intensivo, pero de larga duración. Las academias están pensadas para gente que realmente necesita aprender el idioma bien y rápido. En principio, en dos años se llega a nivel N1. Yo de momento la parte en la que veo que avanzo más lentamente es en la parte oral. La comprensión ha mejorado mucho desde que llegué, sobretodo si es de temas o de vocabulario que controlo, pero la expresión oral, aún tiene mucho recorrido de mejora por decirlo de algún modo. Donde sí que también he mejorado mucho es a la hora de intercambiar mensajes de texto en japonés. Con la ayuda del diccionario, puedo mantener buenas conversaciones, así que en este aspecto estoy muy satisfecho.
Como persona extranjera, ¿cómo has encontrado el proceso de adaptación e integración con las personas autóctonas?, ¿es fácil relacionarse con los japoneses?
La verdad es que antes de venir había leído que muchas personas extranjeras se sentían observadas en Japón. De hecho, yo por mi discapacidad estoy acostumbrado a que me observen vaya donde vaya y, de hecho, Japón es uno de los sitios en los que menos observado me he sentido. Hasta menos que donde vivo habitualmente, así que en este aspecto muy bien. Además, en Japón cada vez hay más extranjeros, principalmente de otros países asiáticos, pero en la calle, en las ciudades, también es bastante habitual cruzarte con europeos o americanos. Como he dicho antes los japoneses son muy amables, sobretodo en las relaciones comerciales, o a la hora de ayudarte en cualquier aspecto, pero en el día a día, la interacción si no la buscas, es más bien escasa. Por ejemplo, en Japón, para despedirse, no hay la frase “Que tengas un buen día”. Es una frase que va genial para empezar a romper el hielo con gente que te encuentras, por ejemplo, en el ascensor de tu bloque, pero en Japón no se dice nada, así que la gente entra, con suerte te responden al “Buenos días” inicial, y cada uno se marcha sin volver a dirigirse la palabra. Esto también pasa en muchos otros países, pero el porcentaje de gente que no responde o no dice nada en Japón diría que es bastante elevado. De todos modos, he ido a sitios donde me han acogido genial y he quedado con gente con la que apenas había hablado y lo hemos pasado muy bien, así que como siempre depende mucho de cada persona. La sensación de la dificultad de relacionarse con los japoneses creo que se acrecienta con la falta de dominio del idioma. Yo no soy mucho de salir a tomar copas, he aquí un problema porque los japoneses son de trabajar mucho, pero luego también de salir mucho para desconectar, y muchos de los compañeros de la escuela me han dicho que el mejor modo de romper las barreras y de hacer amigos en Japón es en el bar con una copa entre manos. ¡Así que ya sabéis!
Cuéntanos una anécdota divertida que hayas vivido aquí…
Con la comida siempre me pasan cosas. Ir al supermercado a comprar es bastante una aventura si no eres experto en kanji. Con suerte hay algún dibujo y te enteras un poco de lo que compras, pero muchas veces precisamente son los dibujos los que te llevan a malentendidos. A mí me gusta ir probando cosas nuevas y, aunque no soy mucho de fideos instantáneos y comida por el estilo, de vez en cuando compro para ver cómo son aquí en Japón, ya que hay un sinfín de variedades. Total que un día compré una bolsa de estas de comida preparada con arroz, como los típicos risottos que se hacen calentándolos en una sartén con agua. La foto del arroz realmente tenía muy buena pinta. Estaba aderezado con sésamo, algas y con otras verduras que no sabría describir. Varios días más tarde, un domingo por la noche, no tenía nada para comer y pensé que era el momento ideal para probar el arroz. Preparé la sartén, abrí la bolsa… y no había arroz. Era sólo el aderezo. Y de estas, mil.
… y el shock cultural más bestia que hayas sufrido.
El silencio. Cuando llegué, en el autobús del aeropuerto al centro de la ciudad era sorprendente. Apenas nadie hablaba y, si lo hacían, era con susurros. En general, hay mucho silencio y eso que estoy en Osaka, que es considerada la ciudad más informal de Japón. También un poco el silencio en los edificios y con los demás vecinos del bloque como he comentado antes. En barrios más familiares, me han comentado que la relación con los vecinos es más cercana. Otras cosas sorprendentes, pero de las que ya venía más informado, son el alto nivel de organización en todo y el extraño modo de decir que no (entraré en más detalles más abajo). También me sorprendió mucho que, a pesar de ser un país tan moderno, siguen utilizando mucho dinero en efectivo (ya veréis que en dos días tendréis el monedero a reventar de monedas), en muchos sitios no se puede pagar con tarjeta y los muchísimos trámites burocráticos que se tienen que hacer casi siempre tiene que ser de modo presencial (os encontraréis poniendo cruces en casillas que no sabréis ni lo que quieren decir).
¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos de la cultura japonesa?
El respeto a los demás y sobretodo a la gente mayor. En Japón en general se antepone el bien de los demás al bien personal. Por lo menos en las interacciones en la calle. Por eso el silencio, para no molestar a los demás, el abrir las puertas, la predisposición de los empleados a ayudar a los clientes, las ganas de hacer las cosas bien y la atención al detalle. Las que menos me gustan también están relacionadas con las cosas positivas cuando se llevan al extremo. El alto nivel de organización deja muy poco margen a la flexibilidad y a las cosas que se salen de la norma. Como persona con discapacidad sé bastante del tema de salirse de la norma. El problema en Japón es que si tu caso no está contemplado en un papel, ya puedes decir misa. Por ejemplo, el mini-segway que utilizaba en España no está en el listado de aparatos con permiso de circulación en Japón y de aquí que aprendiera a ir en silla de ruedas (que de hecho el cambio no ha estado mal). Igualmente, los descuentos por discapacidad sólo se aplican si tienes el carné japonés, aunque tu discapacidad se vea a dos leguas. Como la cultura al respeto se lleva al extremo, siempre se quiere evitar cualquier tipo de confrontación y por tanto, la gente no se queja demasiado. Eso lleva a situaciones de discriminación socialmente aceptadas. También lleva a no decir nunca cosas que crees que la otra persona no quiere oír y por tanto la comunicación es bastante diferente y proclive a malentendidos si no estás preparado. Es importante aprender a navegar por estas aguas.
Mucha gente nos pregunta y está preocupada por el coste de vida en Japón. Basado en tu experiencia, dirías que Japón es caro?, ¿se necesita mucho dinero para pasar una temporada en Japón?
Vivir en Japón no es más caro que vivir en Madrid o en Barcelona, de hecho en el global diría que es más barato. Sí que es cierto que si paras a contar el precio de la vivienda por metro cuadrado en las grandes ciudades, sale más caro, pero como los pisos son más pequeños el resultado del alquiler acaba siendo parecido. Si no necesitas buscar un piso accesible en silla de ruedas, entonces aún diría que los alquileres son algo más baratos. Si ya sales del centro de las grandes ciudades, entonces los precios están bien. La comida es más barata, tanto en los supermercados, como sobretodo en los puestos para comer al mediodía y el transporte público tiene precios similares a Madrid o Barcelona. Lo más caro de todo es el billete de avión y la inscripción a la academia de japonés. Quitando esto, lo demás no es más de lo que te gastarías habitualmente en tu día a día (sin contar el turismo que hagas).
Foto cortesía de Joan Pahisa
¿Qué consejo darías a las personas que quieren venir a Japón a tener una experiencia similar a la tuya?
Estudia tanto japonés como te sea posible antes de venir para sacar el máximo provecho de la experiencia. De todos modos, si por tiempo no puedes, que no te impida decidirte a venir. Las academias de japonés no dejan mucho tiempo para hacer otras actividades o para hacer turismo, así que tenlo en cuenta a la hora de planificar tu estancia. En este aspecto, Osaka es una buena ciudad porque tiene de todo y también está cerca de otras ciudades como Kyoto, Nara, Kobe o hasta Hiroshima, a las que se pueden hacer escapadas los fines de semana.
Ya para acabar y a modo de resumen, ¿Cómo valoras tu experiencia de vivir en Japón?
A pesar de los puntos negativos que he comentado, la experiencia en general está siendo muy positiva, sobretodo a nivel de vivencia personal. El modo de hacer japonés es algo que se tiene que vivir. Además, Japón es un país fantástico, las ciudades mezclan modernidad futurista y tradición (puedes encontrarte con pequeños templos y altares sintoístas rodeados de postes eléctricos y de neones todo mezclado en harmonía), el transporte público es espectacular, la limpieza es excelente y el nivel de accesibilidad para sillas de ruedas es muy bueno, si no te pierdes buscando los ascensores en las estaciones principales… pero eso es otra historia. Finalmente, la naturaleza también es bella y cuidada en todas las épocas del año (aquí ya de más difícil acceso, al igual que algunos de los templos) y qué decir de la comida y de los onsen, los baños termales que pueblan el país. No dejéis de ir, por favor. Si tuviera que definir el país en una frase diría que Japón es un caos harmónico. Puedes vivir en una gran ciudad de millones de habitantes, pero a la vez sentir la tranquilidad como si estuvieras en un pueblo (supongo que si trabajas aquí a tiempo completo, la percepción puede ser diferente). Es cierto que me hubiera gustado disponer de más tiempo libre, pero, una vez sepa más japonés, siempre puedo volver unos meses sin necesidad de estudiar en la academia. De hecho, es un país en el que, si tuviera familia y amigos aquí, creo que me gustaría vivir.
Ah, se nos olvidaba… una pregunta más… ¿cuál es tu palabra japonesa favorita?
大丈夫。A parte de que me gustan los kanji que lo componen, ”Daijoubu” es una expresión multiusos: para decir que estás bien, para preguntar si alguien está bien, para decir que algo te parece bien, para decir que algo no hace falta… en definitiva, para decir que sí y que no; una palabra muy japonesa. De todos modos, el uso más importante de todos es cuando alguien te está explicando algo y no lo entiendes, si ves que la otra persona se está preocupando, sonríes y dices “Daijoubu”, para que no se precupen. Pero vigila, según cómo lo digas o el gesto que hagas, ¡se pueden pensar que lo has entendido! Tiene que ir acompañado de un movimiento con el brazo de lado a lado y con un pequeño asentimiento con la cabeza. En Japón, si asientes con la cabeza, nunca vas a fallar 😉
Muchas gracias por tomarte el tiempo en contestar nuestra entrevista. Esperamos que acabes de pasar una experiencia genial en Japón!
—
Joan Pahisa
Twitter: @joan_pahisa
Instagram: @joan_pahisa
Joan, ets un crac. Una abraçada.
Adela
Moltes gràcies, Adela! Quant de temps!
Una abraçada per a tu també,
Joan