Actualizado el 07 de julio de 2020
Cada 7 de julio se celebra en Japón el festival de las estrellas conocido como Tanabata (七夕). Esta celebración es la cuarta de las cinco festividades estacionales (gosseku) y una de las más importantes y bonitas que se celebran en todo el país.
El origen de esta festividad se encuentra en una antigua celebración China, Qi xi (七夕 “La noche de los sietes”) que llegó a Japón durante el período Nara (710 d.c – 794 d.c), aunque se popularizó en la Era Edo, época en la que se celebraba la séptima noche de la séptima luna. Actualmente el Tanabata, se celebra en algunas zonas de Japón el 7 de agosto por ser una fecha más cercana al séptimo día del séptimo mes del calendario lunar tradicional original.
La leyenda:
La leyenda china cuenta que el dios del cielo, llamado Tentei (天帝), tenía una hija muy bella, la princesa Orihime (織姫). La princesa tenía una gran habilidad para tejer, a lo que se dedicaba de forma incansable confeccionando vestidos para los dioses del cielo trabajando al lado del río celestial Ama no gawa (天の川), conocido por nosotros como Vía Láctea, con un telar mágico llamado Tanabata.
Debido a que Orihime trabajaba prácticamente sin descanso, el dios Tentei preocupado por la felicidad de su hija le presentó a un vaquero pastor de bueyes llamado Kengyu (牽牛), también conocido como Hikoboshi (彦星), propiciando así que rápidamente un amor profundo e intenso surgiese de la joven pareja que se acabó casando.
Ese amor tan absorbente que vivían provocó que ambos olvidasen y desatendiesen sus tareas. Orihime dejó de tejer vestidos para los dioses y Kengyu de vigilar a sus bueyes, por lo que el padre de Orihime, el dios Tentei, se enfadó y decidió separar a la pareja prohibiéndoles que se volviesen a ver y así asegurarse de que ambos retomasen su trabajo. Para ello, el dios los colocó a cada uno en un extremo del rió celestial Ama no gawa (Vía Láctea).
Finalmente el dios Tentei, apenado por la profunda tristeza que envolvía a su hija, pensó que esta medida era demasiado drástica y decidió ser un poco más comprensivo con la pareja. Les prometió que si se esforzaban y trabajaban mucho les permitiría verse un solo día al año, el 7 de julio. A partir de ese momento y ante la promesa de poderse ver, el resto del año la pareja trabaja con dedicación y esmero.
La leyenda también cuenta que para que los enamorados se puedan encontrar, el día del Tanabata se forma un puente de urracas encima del río Ama no gawa (Vía Láctea) para que los amantes puedan cruzar y reunirse. El poderse ver les provoca tanta felicidad que durante ese día conceden deseos a todos aquellos que se los pidan.
En nuestro sistema estelar, Kengyu es representado por la estrella Altair (la estrella de los vaqueros) y Orihime es representada por la estrella Vega (la estrella de las tejedoras). Entre ambas discurre la Vía Láctea, puesto que estas estrellas se sitúan en los lados opuestos de la misma. La noche del séptimo día de la séptima luna es el momento en que se encuentran más cercanas, razón por la cual originalmente el Tanabata se celebraba en esta fecha.
El encuentro anual de la pareja se ve condicionado por el tiempo. Si la noche está despejada, los amantes se podrán reunir. Sin embargo, si es una noche de lluvia, el cauce del río celestial subirá y las urracas no podrán formar el puente, los enamorados no se podrán ver y tendrán que esperar al encuentro del año siguiente. La lluvia de esa noche se llama lluvia de las lágrimas, representando el llanto de los enamorados que no se han podido reunir tras el largo año de espera.
La celebración de la fiesta del Tanabata ayer y hoy:
Antiguamente en Japón el Tanabata se celebraba colgando tiras de papel llamadas tanzaku (短冊) de cinco colores (verde, amarillo, rojo, blanco y negro que representan la madera, la tierra, el fuego, el metal y el agua) con poemas sobre la historia de amor de los amantes, a cañas de bambú cortadas que se colocaban en los tejados de las casas. Una vez acabada la fiesta se tiraban al río más cercano.
Actualmente se escriben deseos (a veces en forma de poema) en tanzaku de colores que se cuelgan en ramas de bambú que decoran casas, templos o jardines. Hoy en día también al acabar la celebración tanto las ramas de bambú como las tanzaku se tiran a un río con la finalidad que sus deseos lleguen a Orihime y Kengyu y sean concedidos.
Las calles de todo Japón se decoran con enormes serpentinas que representan la Vía Láctea. Se organizan ferias, desfiles y por la noche suelen tener lugar exhibiciones de hanabi (fuegos artificiales) donde la gente se viste con el kimono de verano (llamado yukata).
Para acabar os dejo con la canción tradicional del Tanabata:
Sasa no ha sara-sara
nokiba ni yureru.
Ohoshi-sama kirakira,
kingin sunago.
Goshiki no tanzaku,
watashi ga kaita.
Ohoshi-sama kirakira,
sora kara miteru.
—-
Las hojas de bambú susurran
meciéndose en el alero del tejado.
Las estrelles brillan
en los granos de arena dorados y plateados.
La tiras de papel de cinco colores
ya las he escrito.
Las estrellas brillan
nos miran desde el cielo.
Muy buena nota muchísimas gracias !
Hola Ruben! Muchas gracias por leernos y nos alegra que te haya gustado el artículo! Un saludo
Me encanta conocer más de su cultura, muchas gracias por la información
Hola Lisa!
Muchas gracias, espero que sigas pasándote por el blog.
Un saludo!